domingo, 23 de junio de 2013

Mediática

Libros, textos, letras,
Alové, Alové.
Noticias, fotos, ideas
... Alové...
tu estás, no estás, pasa, sigue pasando,
Alové.
Lluve sangre, llueven cuerpos, cuerpos humanos, Alové,
Llueve CNN, BBC, RT: se propagan como niebla,
los dolores, se difuminan como aromatizante,
Alové.

Una página cerrada, otra abierta. Una suena. Una grita. Todas hablan de lo que ya no tenemos. Cuánto más, Alové? Cuánto tiempo, cuanta piel, Alové? Cuánto?
Informes, resúmenes editoriales, las vidas de alquitrán, los muertos de papel, las madres que se imprimen en disparos por segurndo, de las lágrimas, de los puentes destrozados, de cuerpos descendiendo entre las piedras! Alové, Alové, ya no más Alové!
Ahora queman las pupilas, no de luz, de humanidad. El dolor se ha transformado en distancia, la distancia en razón, y la razón en cruda indiferencia. Indignados, Alové. Opinando Alové. 
Ya soy yo una noticia, Alové, soy leída, soy reida, divivida, encasillada, mutulada. Opinando, Alové, opinando me han vendido otra vez.
Ahora venden los del barrio, los del pueblo, los que más allá de Riky Martin y sus twits quieren opinar. Yo ya soy publicidad.
Alové, ya no más, Alové.

Dame un poco de silencio. 
Dame piel. 
Dame padres. 
Humedad. Humanidad
No ese plástico que circula entre las letras, no el papel con brea que bota fundas de basura, de periódicos impresos. No, Alové: dame vida.

No más muertos.
Vibraciones que se afecta. 
Alové.
Piel que ama.
Alové.
Piel que sólo ama.

Voces

Voces, y tu no estás aquí.
Voz. Y tu tampoco.
Voces, se amodorran, las lenguas que trapean.
Lenguas, beben. Lenguas comen. Lenguas regurgitan.
Y otra vez.
Botella, vidrio, mesa y 3 paredes.
Botella, vidrio, vasos, una puerta.
Levadura.
Fermentos tras la puerta
La luz por la rendija que se cuela. 
Luz. 
Escucho.
Truena la cerradura: se resiste.
Voces. Ciegos. Cerdos que se arrastran. 
Se aproxima.
Voces que se desfiguran, se desonoran, y trapean y se arrastran.
Fermento que se acerca.
Cerraste tras tu puerta y me dejaste aquí, expuesta, mamá, cerraste.
La luz tras la rendija.
El rostro sobre el plato, tras la puerta.
Duerme -sobre el plato- y se cuela como un rallo de luz tras la rendija.
Duerme, no, no escucha.
Se acerca. Fermento que es erupto.
Levadura. Huesos. Músculos de hierro, fuerza con bigote.
Me dejaste afuera, sin cerradura.
Voces que se cuelan, abren, pasan!
Voces. Voces. Voces. Cuerpo sobre cuerpo.

Voces, que me asfixio. 
No respiro. 
No más fuerza. 
No, sí puedo.

Soy el gato de los dibujos animados, soy Sivestre, mamá. Lucho con todas mis fuerzas, con las uñas, mamá, como Silvestre, mamá, intento separarme y me ahoga.
Su mano en mi nariz, entre mis ojos y mi boca. Bigote que succiona. La cara, que me traga, que se muerde, que me muerde. Pero mamá, yo soy Silvetre, mamá. Y hago lo que puedo. Los puños, las uñas, los brazos, piernas, las patadas, lo intento, te juro que lo intento.
La luz por la rendija, y te veo sobre el plato, dormido. No te mueves. No vienes a sacarlo. Dónde estás. A dónde fuiste, tu, fermento? Por qué tu no me escuchas?
Gritos, no voces, gritos, dentro de mi cabeza. Me desgarra, me rompe, me asfixia, me calla, me callo, me caigo, me ciego, me duermo, me muero, me quedo.
Sola.
Y sale, y se levanta, y se aleja.
Se abre la rendija. 
Entra la luz trás la rendija. 
La puerta ya esta abierta, y sigues sobre el plato.

Ciegos.
Silentes.
Olvido.
Sueño.
Voces.

Ya no más voces.

sábado, 8 de junio de 2013

… porque soy diferente.



Golpe.
Los ojos que se aprietan no respiran.
Aire.

No hay más puertas.
Ya fueron derribadas.
Las pasan, miran y con la mirada, las atraviesan. Pisan, pasan, y penetran. Pisan, cada noche, pisan cuerpos que rendidos del castigo redentor, "viven el sacrificio". Cuerpos, no mujeres, cuerpos ya sin cuerpo. Pisan, pasan, penetran, la penetran, desgarran y mutilan.
Silencio.
El aire sabe a hierro. A óxido. A lluvia.
El aire huele a corte, a carne quemada. El aire huele golpes redentores. El aire suena seco, "para que aprendas a ser hembra".
Las piernas recogidas, el cuello, estómago y cabeza, los brazos, como un bulto. 

Sus carnes se recogen para no perderse en partes.
Su mente se recuenta, para no olvidar su nombre.

Y miran desde siempre y se preguntan, y cuestionan y dan sus veredictos, deciden lo que siente, lo que debe, lo que quiere, el cómo y el cuándo. El hasta dónde. La miran, la descartan.
Shoks.
Electro shoks.
La sueltan en el lodo: su alma está salvada.
Manchada de fluidos y de orines, sale arrepentida, ha sido corregida. Manchada, sale viva. Pero el gobierno, no hace caso. Había que corregir sus preferencias. La llaman minoría.
Informe Sombra.
Cladem.
Cidh.
Artículo 11, número 2 de la Constitución.
Mis derechos…
Hay alguien allá afuera?


Pausa.