Golpe.
Los ojos que se aprietan no respiran.
Aire.
No hay más puertas.
Ya fueron derribadas.
Las pasan, miran y con la mirada, las atraviesan.
Pisan, pasan, y penetran. Pisan, cada noche, pisan cuerpos que rendidos del
castigo redentor, "viven el sacrificio". Cuerpos, no mujeres, cuerpos ya sin cuerpo.
Pisan, pasan, penetran, la penetran, desgarran y mutilan.
Silencio.
El aire sabe a hierro. A óxido. A lluvia.
El aire huele a corte, a carne quemada. El aire
huele golpes redentores. El aire suena seco, "para que aprendas a ser hembra".
Las piernas recogidas, el cuello,
estómago y cabeza, los brazos, como un bulto.
Sus carnes se recogen para no perderse en partes.
Su mente se recuenta, para no olvidar su nombre.
Sus carnes se recogen para no perderse en partes.
Su mente se recuenta, para no olvidar su nombre.
Y miran desde siempre y se preguntan, y cuestionan y
dan sus veredictos, deciden lo que siente, lo que debe, lo que quiere, el cómo
y el cuándo. El hasta dónde. La miran, la descartan.
Shoks.
Electro shoks.
La sueltan en el lodo: su alma está salvada.
Manchada de fluidos y de orines, sale arrepentida,
ha sido corregida. Manchada, sale viva. Pero el gobierno, no hace caso.
Había que corregir sus preferencias. La llaman minoría.
Informe Sombra.
Cladem.
Cidh.
Cidh.
Artículo 11, número 2 de la Constitución.
Mis derechos…
Hay alguien allá afuera?
Pausa.
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